El origen del pádel en España es fruto de la visita que hace Alfonso de Hohenlohe, un empresario germano-español, en 1974 a la casa de Acapulco de su amigo Enrique Corcuera, considerado el fundador del pádel. Allí descubre el juego y queda fascinado.
A su regreso a España, revisa y perfecciona algunos detalles de la pista y del reglamento y construye las dos primeras pistas de pádel de nuestro país en el Marbella Club.
Poco a poco fue promocionando el pádel entre sus amigos y conocidos de la jet set, que pronto se aficionaron a jugar. La rápida y buena acogida que tuvo el nuevo deporte atrajo a figuras destacadas del tenis como Manolo Santana que comenzó a organizar diversos torneos y a extender el pádel por toda la Costa del Sol, donde varios clubes empezaron a construir pistas.
Posteriormente, el pádel se expandiría a los clubes deportivos de las grandes ciudades españolas y se empieza a construir la infraestructura necesaria para su extensión a nivel nacional.